Ciudades sostenibles y el COVID-19

Ante la inminente pandemia del COVID-19 países de todo el mundo y sus respectivas ciudades han tenido que reaccionar y llevar a cabo una gestión de emergencia de sus recursos para combatir el virus y evitar una propagación del mismo. El  artículo de hoy se centrará en las denominadas ciudades sostenibles y las medidas que deberían llevar a cabo ante el impacto de la epidemia.

Una ciudad sostenible es aquella que tiende a gestionarse a sí misma causando el menor impacto ecológico posible, es por tanto, una ciudad compatible con el medioambiente que entre otros fines impulsa las energías renovables como fuentes de energía propias, produce un aprovechamiento circular de los recursos y reduce las causas que contribuyen al Calentamiento Global, garantizando así una calidad de vida óptima a sus residentes siempre reduciendo al máximo el impacto ecológico de sus actuaciones.

Aunque estas ciudades actualmente supongan un nuevo modelo de gestión de recursos para los centros urbanos, lo cierto es que son el futuro y ya, a día de hoy están presentes en todo el mundo, ejemplos de ello son Copenhague, Melbourne, Vancouver, Múnich, Zúrich, Viena, Auckland o Sídney.

Ante la llegada del COVID-19, innumerables ciudades han visto paralizada su actividad y vaciadas sus calles, con ello se han observado cambios beneficiosos para el medio ambiente pues se han reducido las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera favoreciendo la limpieza del aire, así como se ha disminuido la acumulación de residuos.

No obstante, las ciudades tienen que hacer frente a la gestión de la epidemia que comprende tanto el confinamiento como el desconfinamiento de sus habitantes. En ese sentido, queremos exponer una serie de medidas que las ciudades sostenibles de todo el mundo deberían adoptar en referencia a distintos sectores (económico, social, turístico, energético etc.) para reducir el impacto del COVID-19. Ellas serían:

1. Dentro del sector energético, se contempla el uso generalizado de energías renovables para que el consumo eléctrico de viviendas y hospitales provenga al menos en un 50% de energías limpias. Ejemplo de ello es Vancouver que ha conseguido que el 90% de su consumo eléctrico provenga de energías no contaminantes.

2. Enmarcado dentro del sector sanitario, la reutilización de deshechos, cuyo fin sea la elaboración de materiales sanitarios (guantes y mascarillas) para evitar el contagio del virus evitando de la misma forma, la acumulación de esos materiales desechados y vertidos a los mares.

3. Todavía es pronto para poder establecer comparaciones a escala urbana sobre los datos de la pandemia de la COVID-19, pero es necesario adaptar y preparar a las ciudades para hacer frente a estas nuevas situaciones de emergencia de la mejor manera.

4. Tal como se ha expuesto en nuestro blog, en urbanismo y medioambiente llevan años trabajando en la mitigación de los efectos del cambio climático y la adaptación de las infraestructuras de las ciudades para hacer frente a posibles escenarios futuros. 

5. La salud y la prevención de enfermedades no transmisibles es otro de los grandes temas de investigación para evitar muertes prematuras y mejorar la calidad de vida de las personas.

La aparición de la COVID-19 ha puesto de manifiesto una vez más la necesidad de repensar las ciudades y los espacios donde habitamos con el objetivo prioritario de asegurar la salud y la calidad de vida de la población.

Tampoco podemos olvidar que la esencia de la ciudad es la densidad y la complejidad de actividades. Ahora vemos que no solo tenemos que dar respuesta a la cuestión de la eficiencia energética (que resuelva los ciclos de materia y energía de la ciudad). Hay que garantizar también una eficiencia sanitaria de las ciudades de cara al futuro.

Una posible solución consiste en establecer áreas de salud preventivas delimitadas en torno a centros de salud especializados en enfermedades infecciosas que puedan articular medidas a escala de barrio y controlen los parámetros de salud de sus vecinos.

Estas áreas deben ir acompañadas de un cuidado social en los espacios públicos, donde elementos de prevención temporal se puedan ir articulando según las necesidades. Una nueva responsabilidad de uso del espacio público nos ayudará a manejar y gestionar de forma óptima propagaciones incontroladas.

Por otra parte, debemos mencionar que, ante la situación de crisis sanitaria, social y económica generada por el COVID-19 en España, Ecologistas en acción demanda al Gobierno y a las Administraciones Públicas una serie de medidas para poder dar respuesta a todas las situaciones que se están produciendo. Además, hay que tener en cuenta que la emergencia climática genera tanto sufrimiento como el COVID-19 y por tanto  requiere de medidas igual de drásticas. 

Primero: Se trataría de mejorar la biodiversidad como una forma de incrementar la resiliencia de los ecosistemas (y con ello de nuestras sociedades), de los que formamos parte, ante infecciones y plagas, que con las dinámicas de la globalización y del cambio climático están siendo cada vez más frecuentes e intensas. La gran diversidad de especies  genera que los patógenos se diluyan en una multitud de huéspedes o incluso, que se detengan, sin llegar a los humanos. Según un informe reciente del Fondo Mundial para la Naturaleza, la irrupción del ser humano en la naturaleza se convierte en un boomerang que se vuelve contra la salud global.

Segundo: Es necesario también cambiar el modelo productivo y social porque  los tamaños y la densidad de las ciudades en el mundo aumentan las tasas de transmisión de cualquier enfermedad debido a la gran cantidad de personas que existen en ellas.

Una de las soluciones que apuntan expertos en la materia, es la creación de una red de contención planetaria basada en la naturaleza a través del fortalecimiento de los eslabones más débiles en nuestros sistemas globales. Con un millón de especies en extinción, debemos reforzar los ecosistemas naturales como una red de contención planetaria para la humanidad ante posibles virus futuros. Por tanto, el éxito en todo esto tras la situación que se está viviendo, es la necesidad de recuperar los ecosistemas y preservarlos.

Tercero: En el ámbito laboral, el Gobierno español ha planteado medidas esenciales de higiene y distancia interpersonal para aplicar antes, durante y después de la asistencia al trabajo. Como primera medida, si se presentara sintomatología o se hubiera tenido contacto estrecho con personas afectadas por el virus, la recomendación es que no se acuda al centro de trabajo hasta confirmar que no hay riesgo para uno mismo o los demás. Tampoco deben hacerlo las personas más vulnerables por edad, por estar embarazadas o padecer afecciones médicas que, en caso necesario, pueden contactar con su médico para que acredite su necesidad de aislamiento y que, si así fuera, se considerará a efectos laborales una situación asimilada a accidente de trabajo para la prestación económica de incapacidad temporal.

Además, las tareas, las entradas y las salidas deben planificarse para que los trabajadores y las trabajadoras puedan mantener la distancia interpersonal recomendada, de aproximadamente 2 metros. Igualmente, hay que asegurar que la distancia interpersonal en las zonas comunes y deben evitarse aglomeraciones de personal en estos puntos. En el caso de que el espacio de trabajo no permita mantener la distancia interpersonal en los turnos ordinarios, los horarios de trabajo se procurarán escalonar en la medida de lo posible, lo que también evitará aglomeraciones en el transporte, y se recomienda facilitar el teletrabajo y las reuniones por videoconferencia. De esta forma, se promoverá aún más el teletrabajo en muchos sectores, lo que supondrá un gran avance en muchos sentidos para nuestro país. Las empresas deberán facilitar, a través de los servicios de prevención de riesgos laborales, el teletrabajo o unas condiciones de trabajo de bajo riesgo.

Respecto al uso de mascarillas en los centro de trabajo; no es imprescindible usar mascarilla durante la jornada laboral si el tipo de trabajo no lo requiere y si se mantiene la distancia interpersonal. Por todo ello, el personal deberá estar informado de las recomendaciones sanitarias que deben seguir individualmente y deben contar con los productos de higiene necesarios para poder seguir las recomendaciones indicadas. 

La reincorporación a la normalidad de aquellas actividades que comporten riesgo de aglomeración debe producirse en último lugar. El cumplimiento de las recomendaciones a los trabajadores es imprescindible y vital para conseguir frenar esta pandemia; se recomienda a los trabajadores y trabajadoras mantener la distancia entre ellos así como evitar los saludos cercanos. 

El lavado de manos es esencial. El personal de limpieza del centro de trabajo debe reforzar sus tareas, con especial incidencia en superficies, especialmente aquellas que se tocan con más frecuencia como ventanas o pomos de puertas, así como todos los aparatos de uso habitual por los empleados, desde mandos de maquinaria a mesas y ordenadores. En cada cambio de turno es necesario limpiar el área de trabajo usada por un empleado.

La gestión de los residuos en los centros de trabajo, también se contempla como una recomendación más en el ámbito laboral. 

Finalmente al regresar del centro de trabajo a sus domicilios, los trabajadores y trabajadoras deberán cuidar las distancias y las medidas de higiene en el hogar, si conviven con personas de grupos de riesgo. T

Todas estas medidas que afectan a los distintos sectores anteriormente mencionados serían, desde el punto de vista ecológico y medioambiental correctas e idóneas, para combatir y controlar la pandemia y sus efectos. Es fundamental también ver las diferentes perspectivas y puntos de vista sobre lo que puede llegar a afectar esta pandemia a la población mundial y sus ciudades, con el objetivo de mejorar en un futuro las condiciones de salud, sanitarias, económicas, etc. desde un punto de vista renovable. La totalidad de las medidas adoptadas por los Gobiernos y las Administraciones Públicas en la gestión del COVID-19, deben llevarnos a insistir en la necesidad de actuar drásticamente para realizar una transición ecológica justa y así, evitar males mayores.

Por tanto, desde nuestro punto de vista, concluimos que creemos relevante la existencia de estas ciudades sostenibles y el desarrollo de las mismas en los años próximos, no solo para hacer frente a la actual crisis sanitaria generada por el Covid-19, sino para ser capaces de afrontar todo tipo de crisis en los diferentes ámbitos desde un punto de vista ecológico ya que es inevitable que tendremos que, en algún momento de la humanidad, enfrentarnos a una crisis medioambiental por la falta de recursos.

Ángela, Alejandra, Rocío y Carmen



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