Economía circular, ¿Fake o realidad?

 En los últimos años, hemos ido escuchando el término de economía circular en numerosas ocasiones. ¿Pero qué quiere decir esto de economía circular? Según el Parlamento Europeo “La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende”.

La economía circular es una realidad y tenemos que asumir que hoy en día convivimos con ella. De ello han surgido nuevas modelos de negocio y nuevos productos al consumidor. La mayoría de nosotros usamos plataformas de ropa u objetos de segunda mano, como Wallapop o Vinted. O de movilidad en los centros urbanos como los servicios de patinetes o bicicletas eléctricos. A decir verdad desde el punto de vista del comercio de segunda mano, tiendas como Humana, extendida por todo el mundo, llevan décadas dedicándose a la venta de textil de segunda mano.

Las energías renovables están aflorando en España, cada vez las grandes empresas energéticas apuestan por las placas solares o energía eólica.

Es imprescindible el cuidado del medioambiente y que nuestros hijos hereden un mundo autosuficiente en el que poder vivir. El alto nivel consumismo de la sociedad, entre otros, ha llevado a los dirigentes de las diferentes organizaciones internacionales a tomar medidas para evitar el agotamiento de recursos, de ahí el fomento de las medidas de economía circulas.

Podemos ver ello reflejado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y en el Pacto Verde Europeo. Y en los propios Estados, en España, se ha implementado la Estrategia Española de Economía Circular. Y en el marco legislativo, hasta las propias CCAA están desarrollando leyes en este sentido, como el Proyecto de Ley de Economía Circular de Andalucía.

Como sabemos, los Objetivos de Desarrollo sostenible son 17 objetivos para mejorar el planeta, erradicar el hambre del mundo o conseguir la igualdad entre hombres y mujeres que se pusieron en 2015 los países miembros de la NNUU. Pero, a mi modo de ver, no es oro todo lo que reluce, este es un proyecto utópico lleva consigo muchas incógnitas e intereses económicos y geopolíticos. 

No creo que haya individuo en este mundo que desee la destrucción de los bosques, contaminación de las aguas o la polución del aire. Así nos lo han enseñado desde niños en nuestros centros educativos con ejemplos tales como el agujero de la capa de ozono, ¿Alguien ha vuelto a oír hablar de ello? Pocas personas saben que los ODS son financiados por los Estados y por capital privado, es decir, empresas privadas. 

En mis años en Inglaterra escuchaba, “No body gives nothing for grant” esto quiere decir que nadie da algo sin nada a cambio. Estamos acostumbrados a hacer caso a la información que nos dan los medios de comunicación, sin asegurarnos en muchas ocasiones de su veracidad, no es que nos la esté dando un catedrático o profesor de universidad.

Sí, erradicar el hambre del mundo, acabar con la contaminación, son verdaderos problemas que existen en el mundo. Pero debemos de pensar, informarnos muchas veces si este es el mejor medio para conseguir el objetivo y quien hay detrás del mismo. 

Recordemos que 193 Estados de todo el mundo están suscritos a este acuerdo, Estados con diferentes culturas, nivel de pobreza, industrialización, contaminación y clima, habría que considerar si es legítimo que todos los Estados jugaran al mismo juego.

En fin, no os aburro más, la economía circular como concepto es necesario, pero nuestros gobernantes deberían pensar cuáles son nuestras verdaderas necesidades para una buena aplicación de este sistema en nuestro día a día.


María Luisa

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