Prosperidad, planeta y personas. Hacia un mundo sostenible
Desde que surgió en el
siglo XIX la revolución industrial ha habido un ascenso económico, que se ha
repartido de forma desigual en cada rincón del planeta. La sostenibilidad nace
de buscar un desarrollo económico, y al mismo tiempo no olvidarnos de proteger
los recursos naturales, y de cómo se puede lograr esta sostenibilidad en el
ámbito que ahora mismo nos compete, a nivel urbano y local.
Como ya hemos
estudiado, desde siempre los municipios han sido responsables de competencias relacionadas
con el cuidado del medioambiente como, por ejemplo, las encargadas de la
gestión de residuos urbanos, aunque a partir de la Ley 27/2013, de 27 de
diciembre, de Racionalización y sostenibilidad de la Administración local, se
otorgó a los municipios la competencia del medio ambiente urbano: parques,
jardines públicos, gestión de residuos sólidos o proteger la contaminación
acústica.
Las ciudades en España
son los principales centros de acumulación económica. Se caracterizan
principalmente y resaltan de todas aquellas que no lo son, debido a sus
espacios naturales, fuentes de energía renovables, comercio local, movilidad
sostenible, sus garantías sociales y laborales, y su planificación de la
construcción para la preservación del entorno natural.
Una ciudad sostenible,
es aquella que aporta un estado de bienestar en la sociedad, proporcionando a
sus habitantes una buena calidad de vida, pero siempre velando por las
generaciones futuras y suministrando debidamente los recursos, de manera que
estos últimos sean más duraderos y tengan más de una vida. En definitiva, las ciudades sostenibles son
las que se gestionan con responsabilidad y no comprometiendo a las próximas
generaciones de personas que las habiten.
La Estrategia española de sostenibilidad urbana y local (EESUL) es un documento que trata de recoger principios, objetivos, directrices y medidas para que esta sostenibilidad urbana y local cada vez avance más, sin invadir las competencias de las diferentes administraciones.
La estructura de este
documento hace una introducción crítica con un marco general, análisis y
diagnóstico, los instrumentos urbanísticos y todas aquellas cuestiones
relacionadas con la accesibilidad, movilidad y transporte; la gestión y la
gobernanza urbana, la edificación, rehabilitación y el cambio climático, esta
última en el punto de mira por ser la mayor amenaza medioambiental a la que se
enfrenta la humanidad.
En España cada vez
tenemos más ciudades de este tipo y es algo de lo que podemos sentirnos
orgullosos. En cuanto a gestión de residuos tenemos a la cabeza San Sebastián,
Huesca y Pamplona, respecto al uso del agua Almería, A Coruña y Barcelona, y en
el ámbito económico las más ejemplares son Madrid, Bilbao y Barcelona.
Aun así, hay cosas que
aun debemos de seguir mejorando en nuestro país, y que la Unión Europea obliga
a todos sus Estados a reducirlo al menos en un 40% respecto a los niveles de
1990, estamos hablando de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero,
que son gases contaminantes producidos por la quema de carbón, petróleo, o las
propias emisiones provenientes de los automóviles o cualquier otro medio de
transporte.
En 1991 nuestro país
emitía 287,8 millones de toneladas y en 2018 emitió 277,6 millones, y las
previsiones del Sistema Español de Inventario las sitúan en 282, 5 millones
para 2030. Para proyectar una mejora con este problema en el futuro, fueron más
de 7000 municipios europeos los que se han comprometido a reducir sus emisiones
de CO2 al menos un 40% para 2030, tal y como firmaron en el Pacto de los
Alcaldes.
La mayoría de las
propuestas que se incluyen en la Estrategia Española de Sostenibilidad Urbana y
Local son innovadoras y requieren esfuerzos de investigación y desarrollo, además
de que se extiende a toda la realidad urbana de España, conteniendo nuevas
propuestas, junto a un equilibrio en el crecimiento económico y un bienestar
social. Las administraciones locales desempeñan un función muy importante en la
movilización y educación de la ciudadanía para que todos, en la medida de lo
posible y con los gestos que estén en nuestro mano, participemos en este
desarrollo gracias a ser una población cada vez mejor informada en este tema y
con mayor corresponsabilidad.
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